Buenos días, buenas tardes, buenas noches, lectores.
Bienvenidos a un día más de Twitchtober.
En este día 21 la premisa es Espejo y hoy vengo a hablar del mito de Narciso.
Narciso nació en Tespias, Beocia. Fue el hijo de Cefiso (personificación del río en Beocio con el mismo nombre) y la ninfa Liriope. Un día el vidente Tiresias le advirtió a su madre que su hijo podría vivir una vida larga, siempre y cuando, “nunca se conozca a sí mismo”. Llegó de esta manera a su adolescencia, y el apuesto joven nunca encontró a alguien que despertara su corazón, todo lo contrario, dejó a su paso una larga fila de señoritas a un par de jóvenes que se enamoraron de él con el corazón roto. Un día tuvo la oportunidad de ver su reflejo en un estanque de agua y descubrió lo que era el amor no correspondido, al enamorarse de sí mismo. Naturalmente, esta relación unilateral no avanzó hacia ningún lado, y Narciso, incapaz de alejarse del estanque, permaneció ahí, en desesperación, hasta que finalmente murió de sed y hambre. Sin embargo, la inmortalidad, al menos en cierto modo, quedó asegurada cuando su cadáver (o, en algunas versiones, la sangre de su herida autoinfligida) se convirtió en flores que, a partir de entonces, llevaron su nombre.
En esta ocasión he hecho algunas cambios con respecto al mito. El poema que traigo hoy se titula Narciso y la nebulosa. Espero que os guste.
Narciso y la nebulosa.
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