Reseña: El cielo bajo el suelo

Muy buenas tardes lectores de la Caverna.

Hoy comparto con vosotros la reseña de un libro cuya lectura me supuso todo un reto, se titula El cielo bajo el suelo y está escrita por Fernando Ángel Moreno y Gabriel Díaz. Esta novela forma parte del catálogo de la editorial El Transbordador, publicada este año

Sinopsis: En el Madrid de los años setenta, el gobierno español dirige un servicio secreto de funcionarios para el estudio de sucesos extraños. Uno de estos funcionarios intenta compaginar una vida familiar casi perfecta con la investigación de la imposible muerte de un niño.

Asesinatos gubernamentales, misteriosos espías e investigaciones insólitas por Escocia, Yugoslavia y la España profunda se entrelazan en una compleja trama de horror y humor negro.

«El cielo bajo el suelo» nos presenta un universo propio y original: una España reescrita desde una mirada diferente, donde las agentes secretas, los sacerdotes, los profesores, los científicos, las familias, los funcionarios y las mariposas son un poco diferentes de los nuestros.

Sobre los autores:

Fernando Ángel Moreno es profesor e investigador de Teoría del Lenguaje Literario en la Universidad Complutense de Madrid, donde actualmente es Vicedecano de Estudiantes. Entre sus libros, destacan La ideología de Star Wars (Escolar y Mayo, 2017), Estudio del futuro (UNAM, 2017) y Teoría de la Literatura de Ciencia Ficción: Poética y Retórica de lo Prospectivo (Sportula, 2014). Durante años, fue co-director de la revista «Hélice: Reflexiones críticas sobre ficción especulativa». Ha obtenido diversos premios por su trabajo como editor y ensayista, como el Jamie Bishop Award Memorial, concedido por la International Association of the Fantastic in the Arts.

Gabriel Díaz es Licenciado en Ciencias Físicas y profesor de Física y Matemáticas en Centros de Educación Secundaria y Bachillerato. Aunque lleva escribiendo toda su vida, nunca había intentado publicar hasta que conoció a Fernando Ángel Moreno. Juntos publicaron el relato corto Mentes de Tinieblas (Sportula, 2014). La novela El Cielo bajo el suelo es su primera incursión larga en el mundo literario.

Opinión Personal:

A pesar de haber leído la sinopsis, me ha sorprendido gratamente porque no la considero una

novela común, porque creo que el lector se adentra en un juego en el que tiene que reflexionar sobre la realidad que le rodea. Hablando del concepto de Realidad, me ha llamado la atención la forma en que a la Realidad se la presente como un personaje más, un rasgo más del juego en el que el lector es partícipe y que le hace dudar.

Con respecto al universo, los autores nos presentan una España bastante original,escrita desde un punto de vista diferente en el que podemos ver integradas tanto las ciencias como las letras, lo cual a mi me sorprende bastante porque hay veces que se piensa que no hay puntos comunes entre ambas disciplinas. El argumento es bastante original y está plasmado de una forma que al lector puede llegarle a sorprender, con una narrativa bastante rica y trabajada, por ejemplo,no se cuentan algunos detalles de los personajes, pero a medida que se va avanzando en la lectura de la obra, los autores nos

cuentan cada detalle, haciendo que el lector no quiera dejar de leer (que es lo que me ha pasado a mi). 

La trama está teñida de un humor negro. Con el empiece de la novela, el caso de un niño muerto, cuyas cinco páginas pueden erizar los pelos de cualquier persona que tenga sentimientos o sentido común por lo menos, Fernando y Gabriel intentan mostrarnos una trama bastante elaborada, en la que tanto la Física Cuántica y la Teoría de la Literatura están presentes de formas paralelas, tanto en algunos elementos que aparecen en la trama y los lugares en los que discurre dicha trama, ya que por ejemplo uno de los personajes es un profesor universidad.

Las notas al pie de página que añaden los autores, ayudan al lector a comprender mejor la narración, es lo que más me ha llamado la atención de la obra porque no son notas que puedan interrumpir la lectura, sino que acompañan al lector a comprender los acontecimientos que esta leyendo y nos presenta una charla entre autores y lector, de manera cotidiana, como si estuviesen tomando una cerveza.

La novela se estructura en dos partes bastante bien diferenciadas, aunque la segunda parte es un poco caótica, por tanto hay veces que no me ha quedado tan claro que personaje habla. Aunque quizá sea

porque a las diez de la noche no estoy demasiado católica para leer cosas que requieran tanta

concentración, así que no lo considero una pega de la novela.

En conclusión, creo que la novela llega a romper las expectativas del lector, e incluso me atrevo a decir que desequilibra un poco la realidad. Sin duda una de mis mejores lecturas del 2019.