¿Sabéis de esas historias que se alojan en tu corazón y te lo dejan calentito? Pues podría decirse que Tras esa montaña está la orilla es una de ellas. Esta novela, publicada por Amor de Madre me ha sorprendido muchísimo. Podría decirse que se ha convertido en una de las mejores novelas de ciencia ficción. Con ciertos aires de Úrsula K. Le Guin, Eva Cid consigue en su primer debut destrozar todas las convenciones del género y poco a poco ir reconstruyéndolas a su manera. Es una novela ideal para los tiempos que corren últimamente en los que la libertad de colectivos como las mujeres o el de las personas LGBTQ+ peligra más de la cuenta.
Es una novela de ciencia ficción que está ambientada en mundo muy bien construido. La Tierra ya no existe y la humanidad se ha visto obligada a asentarse en un nuevo planeta en el que solamente existen dos continentes: Ónfalos, habitado exclusivamente por mujeres que han conseguido un sistema de procreación artificial y Crisis, un continente dominado por el sistema hetero patriarcal.
Hay varias características que destacan en esta novela. La primera es la forma de tratar la identidad, los problemas políticos, sociales y tecnológicos. Me ha gustado muchísimo la forma en la que trata el tema de la fertilidad, las relaciones afectivas y sexuales y otros temas que también tienen mucha envergadura en la sociedad actual.
Creo que Tras esa montaña está la orilla es una novela en la que el lector viaja de la mano de Kate, Julia y Marcela por los dos continentes. Poco a poco nos vamos metiendo en la historia y nos damos cuenta de que la unión de estas mujeres hace la fuerza.
Solo voy a decir una cosa, esta novela debería ser lectura obligatoria en los institutos. Es una de esas novelas que te hace reflexionar (algo que últimamente no me pasa) y también te da una brizna de esperanza de que la vida irá mejor.
Una de las mejores novelas de ciencia ficción española que he leído hasta la fecha.
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