[Relatos] Oscuridad en Egipto (Día 3, Twitchtober)

 En este tercer día de reto mitológico cambiamos de mitología. Bastet es una diosa del Antiguo Egipto que es adorada desde la Segunda Dinastía (2890 a. C.). Representa la protección, el amor y la armonía. Protectora de los hogares y templos. Fue la diosa de la guerra en el Bajo Egipto, región del Delta del Nilo, antes de la unificación de las culturas del antiguo Egipto. En este relato acompañamos a Maat  por una aventura un tanto especial para salvar la ciudad de Egipto. 



Foto de CALIN STAN en Unsplash

Oscuridad en Egipto

Maat, una joven sacerdotisa, acariciaba un gato negro. Dicho felino había sido regalo de la diosa. Mientras acariciaba su lomo ella susurró una oración en agradecimiento a la diosa por la protección que les brindaba. De repente, notó como una extraña marca se iluminaba en su cuello. Era un símbolo antiguo, casi olvidado. 

La oscuridad se ciñó sobre la ciudad, los gatos comenzaron a comportarse una manera extraña. Incluso el gato negro que estaba acariciando se puso tenso. Su pelo estaba erizado y se encontraba en posición de amenaza. 

La sacerdotisa entró en el templo. En el altar se encontraba la escultura de la diosa Bastet. Dicha representación, normalmente serena y luminosa, ahora emanaba una luz tenue. Aquella joven con el corazón palpitante se acercó a ella, pasando la mano por la fría piedra. El gato negro que antes estaba junto a ella en las escaleras corrió como si algo le persiguiera, adentrándose en los confines del templo. 

De repente, una visión acechó a la joven. En ella se observaba una figura de ojos llameantes, amenazando con sumir a Egipto en una oscuridad inacabable. La diosa le transmitió con voz grave una profecía: una maldición acechaba la ciudad y solamente ella podría acabar con ella. 

En el momento en que el gato negro se subió a sus brazos, Maat comprendió que tenía que emprender un viaje peligroso. 

Fue a sus aposentos y recogió todas sus pertenencias. Guiada por la diosa, tendría que viajar por el desierto. El destino final era un templo que ya se había abandonado. Ahí tendría que enfrentarse a una prueba que la propia diosa había dispuesto para convertirla en la heroína que Egipto necesitaba. 

Estuvo día y noche caminando por las dunas con su pequeño felino pisando sus talones. El calor le hacía pasarse un paño por su frente de vez en cuando. El felino maullaba de vez en cuando pidiendo agua que ella le daba gustosamente.

Al séptimo día llegaron a aquel templo abandonado. Se notaba que el tiempo había pasado debido a que los pergaminos tenían polvo. En las paredes los jeroglíficos también tenían una majestuosa cantidad de arena que había entrado en el templo por culpa del viento. 

“Oh diosa, dime cuál es el sacrificio que tengo que hacer para salvar mi ciudad” rogó la joven arrodillándose y acariciando la estatua de forma felina de la diosa. Poco a poco, la estatua cogió un brillo tenue y la muchacha volvió a escuchar dentro de su mente. 

“Para conseguir la paz inminente, un felino debe ser el aliciente. La oscuridad dejará de existir si la sangre del felino transcurre por esas baldosas de allí”. 

La sacerdotisa al darse cuenta de que tendría que acabar con la vida de su compañero de viaje comenzó a sentir pena. La estatua se abrió de par en par y un cuchillo de empuñadura de oro salió de la grieta. Nunca había tenido que matar a nadie y mucho menos a un animal 

¿Qué era más fuerte, la lealtad que sentía por la diosa o la compañía que aquel gato le había brindado en esos siete días?  Ahora mismo se encontraba en un dilema moral. Si no hacía caso a la diosa, Egipto sufriría las consecuencias pero si la hacía caso su gato no volvería. 

Cogió el gato, intentó tranquilizarlo con las dos manos y levantó el cuchillo. 

Lo único que se escuchó fue un último maullido. 


[Relatos] Oscuridad en Egipto (Día 3, Twitchtober) [Relatos] Oscuridad en Egipto (Día 3, Twitchtober) Reviewed by Lucía Garcia on octubre 05, 2024 Rating: 5

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