[Twitchtober:] Día 11. Calabaza (Jack O' Lantern)

Foto de Beth Teutschmann en Unsplash

Buenos días, buenas tardes, buenas noches lectores. 

En el día del twitchtober de hoy tenemos la premisa de Calabaza y nuestro protagonista es un elemento que está muy presente en Halloween pero que yo no sabía que tenía nombre ni raíz mitológica o de leyenda. 

Una calabaza de Halloween (en inglés, jack-o’-lantern) es una calabaza tallada a mano asociada a la festividad de Halloween. Su nombre en inglés, cuya traducción literal sería «el farol de Jack», proviene del fenómeno natural conocido como fuego fatuo. Para hacer una calabaza de Halloween generalmente se obtiene una calabaza gigante, se le quita la parte superior a modo de tapa, y luego se extrae la pulpa de su interior; sobre la superficie exterior se talla una imagen, generalmente un rostro monstruoso. Durante la noche se coloca una vela encendida en su interior para crear un efecto luminoso. El término jack-o'-lantern no es muy común fuera de Irlanda, aunque sí lo es la práctica de tallar calabazas por Halloween. La calabaza de Halloween también está muy ligada a la costumbre celta del coco.

El relato que traigo hoy se titula Jack O'Lantern hecho puré y como siempre, espero que disfrutéis.  

Jack O’Latern hecho puré.

Cada 31 de Octubre, Jack O’ Latern miraba su reflejo en su propia cáscara y suspiraba.

“Otro año más alumbrando jardines como lámpara barata” gruñía.

Todo empezó siglos atrás, cuando Jack era un irlandés con más mañas que dientes y que engañó al

mismo diablo.

Desde entonces, condenado a vagar como una calabaza encendida se convirtió en un símbolo de

Halloween. Lo más curioso es que Jack odia el fuego. “¡Siento que me estoy haciendo puré por

dentro!”, se quejaba cada noche.

Esa Halloween decidió rebelarse. En lugar de asustar niños, se metió en una licuadora de un porche

suburbano y se disfrazó de pumpkin spice latte. “Ahora sí me respetarán”, pensó.

Error. Lo bebieron.

Jack despertó horas después en un vaso de cartón con espuma en la cabeza y un tipo diciendo:

“¡Este es el mejor café del año!”. Desde entonces, vaga por cafeterías, intentando recuperar su

dignidad… y su cuerpo.

Si alguna vez tu frappé sabe a remordimiento y azufre, no culpes al barista. Probablemente Jack

O’Lantern está intentando salir del vaso, gritando con voz de puré:

“¡Devuélvanme mi calabaza, ingratos!”