[Twitchtober:] Día 29. Samhain

 

Buenos días, buenas tardes, buenas noches lectores. 

En este día 29 del Twitchtober tenemos la premisa de Samhain. 

El Samhain (se pronuncia sau-in) es una antigua festividad celta que marcaba el fin del verano y el comienzo del invierno, celebrada alrededor del 31 de octubre al 1 de noviembre. Era uno de los cuatro grandes festivales del calendario celta, junto con Imbolc, Beltane y Lughnasadh.

Durante el Samhain, los celtas creían que el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos se volvía más delgado, permitiendo que los espíritus pudieran cruzarlo. Por eso se encendían hogueras y linternas para guiar a los antepasados y alejar a las almas malignas.

También era un momento de transición y renovación, donde se honraba a los muertos, se celebraba la cosecha final y se hacían rituales para proteger el hogar durante el invierno.

Con el tiempo, el Samhain se fusionó con festividades cristianas como el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de los Difuntos (2 de noviembre), y sus tradiciones evolucionaron hasta dar origen al actual Halloween.

En este poema hablo del Samhain y todo lo que conlleva. 

Llama entre los Mundos

Cuando el velo del mundo se adelgaza,

y el susurro del viento lleva nombres olvidados,

Samhain despierta.

Las sombras se alzan suaves, sin miedo,

porque la muerte no es final, sino retorno.

Los campos duermen bajo su manto pálido,

la tierra exhala el último aliento del otoño.

Entre hojas secas danzan los espíritus,

antiguos guardianes del fuego y del tiempo.

Las hogueras brillan como ojos de estrellas,

y en su fulgor se cruzan los caminos:

los vivos y los muertos se reconocen,

por un instante se tocan, se comprenden.

Escucha — el búho canta desde lo eterno,

la luna derrama su leche sobre los montes,

y cada chispa en la oscuridad murmura

una promesa de renacer.

El invierno llega con pies de silencio,

pero en el corazón late una llama.

Porque Samhain no teme la sombra,

la celebra, la honra, la transforma.

Así, entre humo y memoria,

dejamos manzanas para los que partieron,

y con cada historia contada al fuego,

tejemos el hilo invisible

que une los mundos y los siglos,

hasta el próximo amanecer.